El primer post del Observatorio no podía ser otra cosa que un choreo, pero déjennos decirles que el ilícito está justificado, pues la nota que aquí subimos, en algún punto incentivó nuestro alumbramiento. Hace algunas semanas, cuando la troskosfera empezaba a tener forma, una nota de los compañeros DP y DS reseñaba la primera autobiografía del programa fetiche del kirchnerismo: 678. En ella se destacaba que el surgimiento del programa fue una necesidad gubernamental. Pensamos en ese momento que si el gobierno “innovaba” en sus propios medios para “contradecir” a los medios opositores, nosotros debíamos usar los nuestros – más modestos, por cierto – para desmentir a unos y otros. Una necesidad clasista. Lo que unos y otros callan, ocultan o deforman – las luchas obreras y populares – debían tener una trinchera que desdijera las mentiras de los poderosos. Así es como se nos ocurrió sumar otro espacio a la troskosfera. Así fue como nació El Observatorio.
678: la negación de una (incómoda) realidad
Por: Daniel Satur , Demian ParedesLa editorial Paidós acaba de publicar “678: la creación de otra realidad”, un diálogo entre María Julia Oliván (conductora del programa durante el primer año) y Pablo Alabarces (docente e investigador en comunicación), que se completa con una entrevista a Diego Gvirtz, productor del programa, y otra a Pablo Sirvén, periodista de La Nación.
Que 678 es un fenómeno que captó una audiencia amplia (y movilizada) es innegable. Y si bien esa podría ser una razón para la aparición del libro, su publicación tal vez apunte a otro motivo, a una especie de “mea culpa… exculpatoria”.
Dos realidades, la de la “corpo” y la “K”
En el libro los autores dicen que el surgimiento de 678 fue por una necesidad gubernamental en 2009, ante el adelantamiento de las elecciones, que continuó con el tema de la Ley de Medios. Según ellos, desde entonces “se posicionó rápida y eficazmente como un programa oficialista, que reproducía las posiciones gubernamentales y las defendía con un ardor no exento de humor, así como con duras críticas a los adversarios”, logrando “su lugar de portavoz privilegiado de las medidas de la gestión Fernández de Kirchner, una posición innovadora en la tradición del periodismo político televisivo”.
Esa “innovación” refiere a la función política del programa, que concentra diversos formatos (archivo, humor, crítica al periodismo, entrevistas) con el casi único objetivo de “contradecir” a los medios opositores al kirchnerismo.
Oliván y Alabarces admiten que en 678 no hay crítica, sino una amplificación de los discursos de Cristina sobre sus éxitos económicos. Y que tampoco hay investigación, lo que les impide ser “otra ventana a la realidad”.
La estrategia de 678 más bien es dividir el campo político-mediático en un “ellos”, representado por la oposición y sus medios afines, y un “nosotros” (indefinido) que intenta unificar a la audiencia contra la oposición derechista. Dice Alabarces que “en algún momento dicen ‘somos oficialistas’, pero nunca se definen en términos ideológicos concretos, no dicen: ‘Somos kirchneristas’ o ‘Somos peronistas’ o ‘Somos de izquierda’”. Así buscan un apoyo amplio al kirchnerismo, en una suerte de “transversalidad mediática”.
Lo que no entra en el “relato” seisieteochesco
Para la periodista y el académico 678 tiene una doble agenda: la pública, que cruza el relato de los grandes medios (opositores), y la “oculta”, la de los temas que no se tratan. Dice Alabarces que se “invisibilizan ciertas cosas que están dentro de la agenda y que, como voceros oficiales, no están dispuestos a debatir (…) Por ejemplo el crimen de Rubén Carballo, el pibe que murió, antes de entrar al recital de Viejas Locas, asesinado por la Policía Federal con la excusa de que se cayó de la autopista (...) no dijeron nada. La estrategia de Aníbal Fernández fue ‘Déjenlo pasar, no digamos nada porque se olvidan’”. Haciéndole caso, podemos sumar el “sindicalismo de base”, la gran lucha de Kraft del año pasado, la desaparición de Julio López y la lucha universitaria (donde le dieron espacio a los secundarios contra Macri pero ocultaron a los universitarios contra los decanos K, llevando al estudio a Trinchero de Filosofía y Letras y despotricando contra a la juventud luchadora).
Público privado
El libro parece crítico de 678. Pero en realidad acaba por absolverlo. De señalar algunos puntos negativos del programa se pasa a omitir que el “conductor oculto”, Diego Gvirtz, usa el canal estatal como fuente de negocios privados para su productora (que emite a su vez Duro de domar y TVR en Canal 9 -también ultras k-). Y, en una especie de cínico reconocimiento de que Canal 7 adolece de toda democracia, Alabarces llega a proponer que, al menos a la medianoche, haya algún programa para “la voz trotskista” o de otros partidos de izquierda.
En el libro se reconocen contradicciones y se amaga una crítica mordaz a 678. Pero al final el programa termina absuelto de toda culpa. Para los autores, incluso, su aparición en la pantalla es un hecho “saludable”.
El peronismo había instituido que “la única verdad es la realidad”. Por eso vale decir que 678, al ocultar y mentir sobre la realidad que existe a su izquierda y sobre el doble discurso del gobierno nacional, es un programa que falsea la verdad para vender “otra realidad”.
Basta ver el programa del miércoles 20, cuando frente a los acontecimientos desatados con el asesinato del compañero Mariano Ferreyra, 678 desplegó un verdadero “operativo despegue” intentando negar cualquier vínculo de Pedraza (dirigente de la Unión Ferroviaria) con Hugo Moyano y con el propio gobierno. Una operación desesperada y necesaria para salvar el “buen nombre” de la burocracia cegetista y del propio kirchnerismo. Queda para la imaginación saber qué hubieran dicho al respecto Oliván y Alabarces.
El libro ya está en la calle. Mientras, 678 profundiza cada noche su desfachatado arrastre con la política oficial y sus aliados.
la troskósfera que difunde y crece! Nos estamos leyendo
ResponderEliminarBienvenidos.
ResponderEliminarBienvenidos.
ResponderEliminarLa nota es muy buena cros, aunque x ahi abunda mucho en la descripcion del libro y sintetiza demasiado (para mi gusto al menos) la discusion politica que se desprende del tema planteado. Nos seguimos leyendo.
ResponderEliminarSaludos muy buena reseña a la que le agregaría que la sofisticación fascista de ese programa es una de las demostraciones mas acabadas del sometimiento patético de la clase media iletrada (y educada en el menemismo) a los manejos masturbatorios del poder.
ResponderEliminarUna de las características más interesante del menemismo tardío que nos gobierna es lo border psicológicamente de los que plantean un control de masas desde espacios estatales sin ningún espacio para discusión o apertura intelectual del medio comunicacional que sustenta el trabajador desde el IVA en la canasta básica.
Un periodista o lo que sea tendría que tener algún tipo de reflexión culposa en cámara sobre trabajar en un lugar que se solventa con el sudor de un trabajador que desde que comenzó este modelo (capitalista, elitista, burgues y fascista) hace 20 anios a sido ahorcado financieramente por por impustos feudales… repitamos todos juntos FEUDALES.
Están chiflados, son gente sin ningún grado de abstracción creativa ni política ni artísticamente.
Sin barrio, sin códigos y sobre todo sin valores de carácter laboral.
Siempre que vi ese programa pensé en el laburante detrás de cámara que tiene que tolerar a estos pajeros vomitando diatribas confusas forzando una realidad que no ha producido más que hambre y muerte desde la de la derecha justicialista.
Ese programa sin dudas es la derecha justicialista.
Pregunto porque seguimos dejando que partidos lleguen al gobierno con 22 por ciento de los votos y nos sometemos a una ley que no nos corresponde ni nos representa?
Porque mientras no nos demos cuenta que la única clase productora del país y verdaderamente parte de la realidad esta flexibilizada dentro de un sistema muerto, vamos a seguir subsidiando a tecnocracias menemistas como los que nos gobiernan desde hace 20 anios que usan a sus burgueses Zombis pajeros para distendernos en el hambre y la muerte.
Vivir en la argentina menemista sigue siendo como hace 12 años ser un muerto vivo.
… repitamos todos juntos FEUDALES y 678 es la INQUISICION… todo bien Justicialista como verán.
El modelo no existe o en todo caso es el mismo que el de Menem y Duhalde, Hambre y Muerte.
Saludos
lastima que no salen por la tele
ResponderEliminar