El gobierno suma “guardianes” de todo pelaje
Por: Daniel Satur
Publicado en La Verdad Obrera nº 415
¿No era que con la Ley de Medios iban a multiplicarse por todo el país los canales y las radios…? Parece que, al menos en el kirchnerismo, eso ya no lo cree nadie. Por eso, lejos de “democratizar las comunicaciones”, hace semanas que el gobierno y sus aliados vienen moviendo fichas mediáticas a más no poder, con el objetivo de reforzar de cara a las elecciones el aparato necesario para propagar su doble discurso. La reaparición de la revista El Guardián, creada por el ex banquero menemista Raúl Moneta, y la asunción de varios “blogueros K” en Canal 7, son hechos en apariencia disociados pero que bien pueden leerse como dos caras de una misma moneda.
De Menem a Cristina (como tantos)
El jueves 17 salió el primer número de El Guardián. El dueño de este semanario es nada menos que Raúl Moneta, el empresario mendocino que se hizo millonario durante los ’90 privatizando bancos, lavando dinero y asociándose a multinacionales en la compra de medios. El mismo que zafó de varios procesos gracias a su amistad con jueces y fiscales. El socio de Daniel Hadad y otros empresarios menemistas/kirchneristas.
El Guardián tuvo un paso fugaz hace algunos años, y en esta segunda época arrancó con una clara definición: será kirchnerista. Como demostración, su primer número fue dedicado a despegar al gobierno del escándalo del “narcoavión” descubierto a principios de año. En un informe especial relata los vínculos que unen a los hermanos Juliá, dueños del avión, con Luis Barrionuevo. Demostrando que los Juliá están cerca del líder de la CGT Azul y Blanca, la revista quiere ocultar los vínculos que los unen al kirchnerismo. Como si ambas relaciones no fueran compatibles.
La revista de Moneta llega para ayudar a Cristina a remar un poco más fuerte. Sin dudas la pelea histórica entre el empresario y Clarín es uno de los elementos que motorizan esa “sociedad”.
Un dato no menor: para que el semanario no sea tan amarillo como en su primera época, Moneta contrató periodistas experimentados. Entre ellos, a algunos ex integrantes de Crítica de la Argentina, como Daniel Capalbo (dirección), Rafael Saralegui (jefe de redacción) y Mauro Federico (redactor que hoy también es columnista de Duro de Domar). La idea es imprimirle un “estilo Crítica” a la revista, con una alta dosis de anticlarinismo a pedido de paladares K.
En veinte años de “carrera” Moneta se llenó de plata comprando bancos estatales en Mendoza y, asociado al grupo mexicano CIE, concentró gran cantidad de canales, radios y medios gráficos de Capital y el interior. Siempre se manejó en las sombras, aunque cada año se lo suele ver en la Rural, presentando a sus jinetes y caballos tradicionalistas o a sus faisanes campeones. ¿Será Moneta otro de los tantos “sapos” que el kirchnerismo intenta justificar en pos del supuesto proyecto “nacional y popular”?
Estos chicos…
Otro hecho de las últimas semanas es el nombramiento de miembros de La Cámpora y jóvenes “blogueros K” en puestos públicos de peso. Todo arrancó en diciembre cuando Julián Álvarez, militante de la agrupación creada por Máximo Kirchner, fue nombrado Secretario de Justicia de la Nación. Más tarde, en enero, Juan Manuel Abal Medina fue puesto al frente de la Secretaría de Medios, pasando a manejar casi toda la propaganda oficial y los recursos para difundirla.
Continuando con la ronda de “ascensos”, por estos días y a pedido de Abal Medina hubo cambios en la gerencia de noticias de Canal 7. Allí se nombró a Santiago “Patucho” Álvarez, militante de La Cámpora, editor del suplemento jóven de Miradas al Sur y autor del blog Ni a palos. El muchacho tiene el mismo sobrenombre que su padre, Santiago “Patucho” Álvarez, corrupto ministro de Bienestar Social del gobierno de La Pampa en tiempos del menemista Rubén Marín. Los que los conocen, dicen, les encuentran más de un parecido.
Los cambios en la pantalla estatal no terminan ahí. Como segundo de Álvarez fue nombrado Ignacio Saavedra, dueño de una productora de TV y ex funcionario en la Secretaría de Cultura. Y en la gerencia de Contenidos se nombró a otros dos fieles peones: Martín Rodríguez, creador del blog oficialista Revolución Tinta Limón, y Carlos Figueroa, ex notero de Duro de domar, miembro de La Cámpora y amigo personal del diputado Juan Cabandié.
Como se ve, toda una demostración de que ser “militante K” puede cotizar en alza. Resta saber quiénes serán los próximos jóvenes premiados con jugosos cargos y funciones. Lo que es seguro es que la primicia la tendrá, inevitablemente, Visión 7.
Que Moneta y los “blogueros k” coincidan arrancando el año electoral prestos a dar gran apoyo al gobierno de Cristina no tiene por qué sorprender. Moneta no es muy distinto, como hombre de negocios, a Cristóbal López, Eduardo Eurnekián, Daniel Hadad, Sergio Szpolsky, Sergio Taselli o la familia Madanes Garfunkel, todos empresarios que se enriquecen gracias a las grandes oportunidades que les brinda el “modelo”. Y los jóvenes provenientes de la “blogósfera” no son tampoco tan distintos a experimentados funcionarios como Guillermo Moreno, Julio De Vido, Juan Pablo Schiavi, Aníbal Fernández o Juan Manzur. Todos parte del “proyecto”. Todos amigos.
No puede haber alguien que sea K por convicción? Después algunos aprovecharán y le sacarán el jugo al asunto. Por otro lado, que le den los cargos a ellos es lo más lógico, o acaso pretenden que se los den a un opositor?
ResponderEliminarBeto, precisamente en lo que vos marcas está el problema. Hay miles de políticos (CFK es un ejemplos) y miles de sindicalistas (Moyano es otro), que empezaron siendo militantes y terminaron siendo empresarios. El problema es que a la par de su actividad empresarial se siguen desempeñando en sus actividades políticas y así defienden cada vez más los intereses de su clase.
ResponderEliminarLuego, no desconocemos que haya kirchneristas convencidos, por eso mismo nosotros denunciamos continuamente el doble discurso del gobierno.
Saludos
Me parece excelente la mirada de Uds. Los encontré buscando información sobre El guardián. La verdad, el injerto que hacen los medios K, inventando un híbrido de discurso sobre ciertos hechos (Los wachiturros, por ejemplo), donde todo es "inclusión social", y todo es super progre, es patético. Al leer esa revista, y semejante nivel de "corrección política", algunos desinformados van a creer que vivimos en el paraíso de la tolerancia, la distribución de la riqueza y la igualdad. Pero desde ya, ES TODO UNA FARSA.
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