“Un paso al costado” de la Juventud Sindical Peronista
Por: Lucho Aguilar
“No hay ningún conflicto gremial entre la empresa y los trabajadores, hay un planteo personal”, dice Matías Fredriks. El abogado de Clarín lanza su sentencia con aire sobrador. La biblioteca leguleya hace de fondo. Fredriks parte de una mentira: el multimedio ha convertido los ataques anti-sindicales en su modus operandi. En las últimas tres décadas ha despedido a 1500 trabajadores, muchos de ellos por organizarse. Desoyó huelgas y movilizaciones, incumplió fallos judiciales. Por eso hoy la mayoría de sus medios no tiene delegados.
Cuando la represión de los derechos gremiales no alcanza, busca la corrupción de los que insisten. A Pablo Llonto, el delegado de los trabajadores de Clarín que estuvo desde 1991 a 1999 sin poder entrar a la redacción aunque fuera elegido sucesivamente por sus compañeros, le ofrecieron entonces un millón de dólares que no aceptó. Pero la máquina de corromper y descabezar siguió funcionando, con la complicidad de jueces y gobernantes de turno.. A veces logra su cometido…
Un paso al costado
“Si ustedes quieren que yo me vaya, y eso es un obstáculo para que ustedes arreglen las condiciones de trabajo del taller, yo doy un paso al costado. Ustedes están comprando tranquilidad. Tres millones, ciento cincuenta mil pesos, lo que yo quiero es esto y punto”. El delegado Luis Siri no está discutiendo sobre las categorías que la empresa no respeta, ni sobre los feriados diferidos o la persecución que sufren. Junto a Cristian Quiroz le ponen un precio a su “paso al costado”. Y sigue: “si uds miden esta salida en términos laborales (…) no le vamos a encontrar el número. Si lo miran en un contexto político, sí les va a cerrar. Hasta creo que es más beneficioso para ustedes. Nosotros hoy tenemos una capacidad de daño que antes no teníamos, tenemos la posibilidad de parar el taller, de que el diario no salga cuando nosotros querramos”. Siri le pone precio a no “parar más el taller”, a que nunca más “el diario no salga”. Le pone precio a la fuerza social que, aún deformada por el rol de la burocracia, tiene la clase obrera cuando utiliza sus métodos de lucha. El bloqueo a Clarín había sido visto por miles de trabajadores como una medida contundente contra una patronal autoritaria. Por eso Siri tienta a los gerentes de Clarín con la retirada de los delegados: “es más beneficioso para ustedes”.
Quiroz termina de aclarar los tantos: “yo por menos de dos millones no me voy. Si la empresa nos propone un adelanto y cuotas… vos tenés que firmar una cláusula de que por 10 años no le hago quilombo a la empresa”.
Nunca menos (de tres palos)
Buena parte del arco kirchnerista salió a justificar las negociaciones de Siri. Otros criticaron “el método de la cámara oculta”. Hay que repudiar cada uno de los ardides con que la burguesía intenta engañar, corromper y cooptar a los representantes de la clase trabajadora. Lo mismo las causas penales “por extorsión” que inició Clarín en la justicia. Los extorsionadores son Herrera de Noble y Magnetto; y somos los trabajadores quienes debemos rendir cuentas con quienes se corrompen. Pero aquella defensa reconoce que en el “sindicalismo nacional y popular” están permitidos los secretos con las patronales (como los que tuvo durante años Néstor Kirchner con Héctor Magnetto), la transformación de los reclamos colectivos en negociaciones personales, el pacto a espaldas de los trabajadores, la paz social en el taller a cambio de una parte de lo que las patronales le roban a los trabajadores en ese mismo taller. Siri pone en la mesa de negociaciones su relación con Facundo Moyano y su organización. Parece que la nueva Juventud Sindical Peronista, promocionada por Cristina en el Luna Park junto a sus colegas de la Cámpora, educa a sus militantes y delegados en la conciliación de clases, que no por bien cotizada deja de ser traicionera.
En esa guerra que la burguesía nos tiene declarada, con aprietes y billetes, la lucha por la independencia de clase se hace concreta, vital. Es la lucha contra la conciliación permanente que proponen los burócratas, contra los pactos que auspician los gerentes, contra la paz social de los funcionarios; es la confianza en los métodos de lucha de la clase obrera y sus asambleas, la desconfianza permanente en los “cantos de sirena” que se escuchan en despachos y ministerios.
Cuervos
Matías Fredriks pertenece a Saenz Valiente & Asociados, estudio de abogados fundado en 1946 por Miguel Padilla y José María Saenz Valiente. Padilla se convirtió luego en funcionario de Martínez de Hoz durante la dictadura, y apareció asesinado como parte de las internas entre la Armada y el Ejército por el Caso Italo.
Saenz Valiente, heredero de una familia patricia que lució su apellido en la Liga Patriótica y la Sociedad Rural, siguió con su criadero de cuervos. De allí comieron, luego de su paso por la Pontificia Universidad Católica, jóvenes de apellidos tan ilustres como Novillo Linares, Gelly Cantilo, Méndez Acosta y, como iba a faltar, un Martínez de Hoz.
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